lunes, 17 de octubre de 2011

La dinámica consciencial y tiempo de evolución.

Ana Cantos y Ramón Puig   nos remiten desde Barcelona este resumen de la conferencia pronunciada por nuestro querido amigo Emilio Carrillo el pasado 9 de octubre en Lleida.


La dinámica consciencial: la co-creación de la realidad.

Armando-Cayetano Gutiérrez Rabadán. Istanbul 2011 

            Retomando lo recogido por escuelas espirituales de todos los tiempos y culturas y por las últimas innovaciones y aportaciones científicas proporcionadas por la Teoría de los Universos y Multiversos Paralelos, las Realidades Supersimétricas y la Teoría del Principio Holográfico, se puede constatar que la consciencia se expande ondular y fractalmente en el contexto de un proceso de preguntas y opciones en el que tomar consciencia no es hallar respuestas, sino formular preguntas. Y las preguntas no tienen una respuesta concreta, sino que abren opciones que conducen a nuevas preguntas.

            La dinámica consciencial planteada en párrafo anterior puede ser sintetizada en los puntos o fases siguientes:
                                                                             
1º) En cada momento presente y con un determinado estado de consciencia (visión y comprensión de la vida y del mundo, escala de valores, prioridades y preferencias, pautas vitales,…) asociado a una frecuencia vibracional concreta, cada persona vive múltiples experiencias cotidianas que le llevan a formularse preguntas. Hacernos las mismas representa la toma de consciencia.

2º) Las preguntas que nos planteamos no tienen una respuesta, sino que abren un abanico o haz de opciones conformado por todas las respuestas posibles. Cada una de las opciones tiene su propio perfil y su propia cualidad vibracional.

3º) Entre las diversas opciones, “traemos” a la realidad aquella que por su gradación vibracional sintoniza con la frecuencia vibratoria de nuestra consciencia. En la realidad física, que es “cuántica” y “subcuántica”, todas las opciones acontecen a la vez (Universos y Multiversos Paralelos y Realidades Supersimétricas), pero en la medida que nuestro estado consciencial resuena con una concreta y se decanta por ella, ésta es la que experienciamos consciencialmente (en el “interior”) y moldea holográficamente (Teoría del Principio Holográfico, de la que el holandés Gerard ´t Hooft, Premio Nobel de Física en 1999, es uno de los mayores exponentes) lo que nuestros sentidos físicos perciben como realidad (“exterior”) en Tercera Dimensión.

4º) Las opciones que se “traen” a la realidad permiten vivir nuevas experiencias que pueden ir modificando nuestro estado consciencial y derivarán en nuevas tomas de consciencia y nuevas preguntas, poniéndose otra vez en marcha y repitiéndose el proceso descrito. Es así como la consciencia se expande y va cambiando su frecuencia vibracional, con lo que varían, al unísono, las prioridades y las preferencias (sintonías) por unas u otras opciones.

            De lo enunciado se deduce que cada persona es co-creadora de la “realidad” exterior. Una Co-Creación que ostenta las siguientes características básicas:

- Genera impactos tanto en el momento presente como en el desenvolvimiento del momento presente: Al “traer” a la realidad una de las opciones se producen efectos tanto inmediatos (lo que específicamente “traemos” a la realidad en el momento presente) como una secuencia de causa-efectos (como si se tratase de fichas de dominó que se golpean encadenada y sucesivamente) a corto, medio y largo plazo (también en la cadena de vidas o reencarnaciones) cuya frecuencia vibratoria y perfil (Amor, Armonía,… o todo lo contario) será el mismo que el de la opción adoptada (en el saber popular hay diversas sentencias y aforismo que lo resumen con claridad: <<se recoge lo que se siembra>>; <<quien siembra vientos, recoge tempestades>>;…). Así, los impactos inmediatos de las opciones plasmadas en la realidad y los que se darán a partir de ellas en la dinámica causa-efectos configuran la realidad y la vida de cada ser humano, que por esto es responsabilidad de uno mismo al 100 por 100. Una conclusión que estando presente en la definición actual de la Ecuación de la Decisión coincide plenamente con lo indicado por antiguas culturas y escuelas espirituales (verbigracia, la que subyace en esa práctica milenaria de las islas del Pacífico y los Mares del Sur conocida como Ho´ponopono).

- Es individual, a la par que colectiva: Cada cual “trae” a la realidad sus opciones conscienciales, aunque en interacción con los demás. Y los demás también crean, cada persona lo hace, “su” propia realidad. De este modo, la “realidad compartida” y conformada entre todos constituye una colosal Matriz Holográfica.

- Provoca una amplia batería de Intersecciones Conscienciales: Los seres humanos nos relacionamos en mayor medida con congéneres que, por sus propias opciones conscienciales, generan una realidad que resulta más necesaria –sea por que apoya de manera directa la nuestra o porque al oponerse aparentemente a la misma la apoya de manera indirecta- para que nuestra realidad se plasme de manera efectiva, compartiendo así espacios de realidad co-creada. En cambio, interactuaremos menos con personas que estén creando realidades menos necesarias, en el doble sentido apuntado, para la implementación de la nuestra. No obstante, que los siete mil millones de seres humanos convivamos en la misma Matriz Holográfica significa que, por imposible que parezca, entre todos hay un mínimo de Intersección Consciencial.

- Las Intersecciones Conscienciales son el fundamento y la razón de ser de lo que diversas escuelas espirituales denominan Ley de Atracción. Y en la mida que nuestro estado consciencial se va modificando, se intensificarán o minorarán las intersecciones conscienciales con unas u otras personas y situaciones.

Tiempo de Evolución: el Cambio interior transforma el mundo exterior.

            Mediante la dinámica consciencial descrita y a lo largo de cadenas de vidas físicas que en su conjunto suman miles y miles de años de duración, cada ser humano, en particular, y la humanidad, en su globalidad, han ido expandiendo su consciencia. Y esta expansión ha provocado modificaciones graduales en la realidad co-creada y en la Matriz Holográfica hasta llegar a un momento clave, precisamente la época actual, en el que la raza humana ha realizado y comenzado a socializar e interiorizar un hallazgo que hay que incluir entre los más importantes y trascendentes de los llevados a cabo por el “homo sapiens”. Nos referimos al descubrimiento, más notable y valioso que el del fuego o la rueda, de que la realidad exterior, la percibida por sentidos físicos, depende y está en función de la realidad interior.

            Durante milenios, los hombres y mujeres han intentado cambiar y mejorar el mundo exterior desde el exterior. Cuántas revoluciones, por ejemplo, se han dirigido a ello a lo largo de la historia de la humanidad y de una punta a otra del planeta. Y cuántas personas han dado lo mejor de sí, hasta la misma vida, en pro de ese cambio exterior desde el exterior (transformaciones políticas, institucionales, económicas, sociales,…). Sin embargo, el mundo exterior, en lo sustancial, no ha mutado y en la actualidad una inmensa mayoría de seres humanos desean un mundo distinto sin las injusticias, miserias, violencias y dolores que se acumulan por doquier.

            Pero hoy sabemos, por fin y tal como se ha constatado en los párrafos anteriores, que es desde nuestro interior (estado consciencial) desde donde creamos, moldeamos y generamos la realidad exterior, en general, y nuestra propia vida, en particular. Por lo que el cambio del mundo exterior no puede hacerse desde el exterior, sino desde el interior. El cambio, pues es una ventana que se abre desde el interior y se necesitan ojos nuevos para un nuevo mundo.

            Este descubrimiento ha abierto las puertas a la posibilidad de un gran cambio, a modo de salto dimensional, por encima y más allá de los límites por los que la Matriz Holográfica ha venido hasta ahora desenvolviéndose. Su envergadura es tal que puede hablarse de un salto dimensional propiciado por todos los seres humanos que desde su interior decidan hacer sus sueños realidad en la consciencia de su capacidad creadora.

            Además, este proceso de expansión consciencial de la humanidad coincide en el momento presente con un ciclo de carácter cosmogónico que puede ser calificado de auténtica <<Primavera Consciencial>>. Se trata exactamente de lo anunciado por antiguas culturas como la maya, con su famoso 2012. Al igual que hay ciclos de corta duración que, por ello, forman parte de nuestra cotidianeidad (día y noches, las cuatro estaciones anuales,…), en la Naturaleza y en el Cosmos hay otros ciclos cuyo curso y discurrir se mide por miles y miles de años. Y el momento presente puede ser en este sentido descrito como de entrada en proceso o estación de Primavera Consciencial. Una Primavera que, siendo energéticamente y vibracionalmente impulsada  desde el Centro Galáctico, repercute en un buen número de sistemas solares, el nuestro entre ellos, afectando al Sol y, por reverberación en él, a todo el conjunto de planetas que lo circundan y, por supuesto, a la Tierra.

            La entrada en la reiterada Primavera Consciencial acontecerá entre el solsticio de invierno de 2012 y el equinoccio de primavera de 2013, si bien, como ocurre con la primavera anual, sus impactos podrán ser sentidos antes de la fecha “oficial” –de hecho, ya están siendo sentidos por la Madre Tierra y por millones de seres humanos- y, pasada ésta, aún habrá momentos en los que el invierno vuelvo a dar la cara. No obstante, a partir de 2013 la dinámica de crecimiento consciencial (vibracional, electromagnético, espiritual,...) será cada más evidente y patente, actuando como una especie de vitaminas energéticas que llegarán a los hombres y mujeres, tal como se acaba de reseñar, en un momento crucial en el que la humanidad, por sí misma, también se halla en proceso de despertar consciencial.

            La coincidencia de ambas circunstancias –el despertar consciencial de la humanidad y la Primavera Consciencial cosmogónica- dista mucho de ser casual y forma parte del devenir natural de esa espectacular Naturaleza que es la Creación en su conjunto. La interacción entre las dos multiplicará exponencialmente sus respectivos impactos hasta llevar a la Tierra y a la humanidad a un Tiempo de Evolución. Sus efectos serán irán acelerando hasta llegar a un momento en el que el viejo mundo no será reconocible. Es algo que cualquiera puede ya presentir a su alrededor por todos los lugares, en todos los países y en todas las situaciones. Esta Evolución representa y manifiesta el despertar del Corazón humano y de nuestro ser interior. Y se plasma especialmente en la interiorización de que el verdadero cambio no es el exterior, como durante milenios la humanidad ha venido creyendo, sino interior, pues será el cambio interior lo que transforme, lo está empezando  a hacer ya, el mundo exterior. En última instancia y en lo que en términos humanos llamamos largo plazo, todo ello desembocará en un verdadero salto dimensional: el surgimiento de una nueva una Nueva Tierra y una Nuva Humanidad.

            Estamos, por tanto ante una Evolución, no ante una revolución. Es verdad que habrá movilizaciones y revoluciones externas, pero serán aunque señal de la efervescencia de la energía del cambio interior impulsado desde el Corazón de cientos de millones de hombres y mujeres. Toda revolución en el plano humano y material (exterior) se mueve en la dualidad y aunque parezca que puede producir algún cambio, no puede producir realmente ninguno y está llamada siempre a desembocar en el conflicto, la confusión y la lucha. Aunque sean señales y manifestaciones del movimiento interno de la energía y la consciencia, tarde o temprano desembocan en la manifestación de los opuestos y en la contaminación de su impulso puro inicial.

            La auténtica revolución es la Evolución interna, la del despertar de la Conciencia en cada cual y del Amor en el Corazón. Abracemos esa verdadera revolución y agradezcamos también sus manifestaciones externas, pero no nos dejemos engañar y atrapar por la ilusión de la lucha contra lo exterior para cambiar nada. Que cada cual actúe como considere oportuno, pero siempre oyendo a su Corazón, esa parte de cada uno que nunca llevará por los caminos de la guerra y la desesperación. Desde ahí todo será diferente. Por tanto, no hay que enfrentarse con nada ni a nada, sino hacer lo que hay que hacer en armonía con el Corazón: crear lo nuevo, no luchar contra lo viejo; Evolución, no revolución.

         Buscamos otros mundos, pero queremos que sean reflejos de éste. Pero el “Reino de Dios”, “el Cielo en la Tierra ”, no es el mundo de nadie (de ninguna persona, grupo o visión; no se ajusta a ninguna percepción consciencial); ni puede ser contemplado bajo los parámetros de este plano o dimensión; ni, por supuesto, surgirá de la reforma o mejora del actual.

            El “Reino de Dios” es un vino nuevo que precisa un odre nuevo. Y éste sólo puede configurarse desde el interior. El cambio es una ventana que se abre desde el interior. Y la llave es el vaciamiento de todo lo que no sea simplemente Amor. Un Amor pleno de Armonía y Aceptación y que sabe que Todo es Uno y Todo es Perfecto.

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